sábado, 8 de noviembre de 2014

ADELA

Adela se levantó de madrugada. Tenía seca la garganta y necesitaba tomar un poco de agua. Antes de retirarse a dormir olvidó llevar su vaso a la mesita de noche.

A una hora indeterminada, al levantarse, tropezó con el edredón y vino a caer al suelo. Sus viejas articulaciones, pues tiene más de ochenta años, no le permitían ponerse en pie. Lo intentó agarrando el borde de la cama, pero no tenía suficiente fuerza y tampoco a nadie a quien llamar, pues es una anciana viuda que hasta ahora se había valido por sí misma, aunque ya había tenido dos conatos de incendio por olvidarse la comida en el fuego y hubo de ser trasladada en otra ocasión, hace seis meses, al hospital, pues había tomado doble dosis de un medicamento contra la hipertensión que le provocó un desvanecimiento en presencia de un familiar que la visitaba.

A esa hora indeterminada de la madrugada, caída en el suelo, tras pedir auxilio con la esperanza de que la oyera algún vecino, permaneció caída mucho tiempo. Semiinconsciente, en su agonía, iba arrastrándose desde el dormitorio al pasillo en que se encontraba el pulsador de emergencia para que la asistencia social supiera de su necesidad.

A oscuras, entumecida por el frío y con la mente embotada por el miedo y el tremendo golpe que recibió al caerse, fue arrastrándose por el pasillo, en busca de auxilio, en sentido contrario al lugar donde se encontraba el pulsador.

Siguió arrastrándose, por tiempo indefinido, entre estadíos de inconsciencia, desorientación al recuperarse y esfuerzos instintivos de fatiga infinita por moverse en busca de ayuda.

En la oscuridad quiso reconocer la forma del sillón de la sala de estar, porque se oída el tic-tac de un reloj de pared que se encuentra cerca. Al intentar agarrarse al brazo del mueble para incorporarse, el mismo se volcó, provocando una nueva caída de la anciana.

Siguió arrastrándose por el suelo y, sin querer, acabó pulsando el interruptor de un cable que hace de alargadera, con lo que, como si hubiera sido un milagro que ya no se podría haber esperado, se encendió una lámpara de pie.

Recuperó todas las fuerzas que le quedaban para alcanzar el pulsador que estaba en el extremo opuesto del pasillo. Intentaba ponerse a gatas, pero no tenía fuerza; de manera que, a tramos muy cortos, arrastrándose,  recorrió la galería hasta el final, justo en sentido contrario.

Dos horas después de su caída, la encontró una patrulla de la Policía Local que, alertada por la Cruz Roja,  pudo entrar a la casa escalando un patio interior y rompiendo la ventana del baño. La encontraron sangrando, se había orinado por el esfuerzo y había arrastrado toda su humanidad dejando un rastro a lo largo del pasillo.

Hoy está en el Hospital General. No se explica muy bien lo que le había pasado, solo llora cuando se la pregunta, movida por el miedo, la debilidad y la vejez. Torpe en sus expresiones, pues no recuerda los detalles de su accidente, con la cara amoratada, una gran herida en su ceja derecha cosida mediante puntos de sutura y un aparatoso derrame en el globo ocular del mismo sitio, se esfuerza por expresar todo su agradecimiento a los sanitarios que la cuidan.

domingo, 21 de septiembre de 2014

NACIONALISMO, ESTADO Y REALPOLITIK.

El pasado no se repite; pero nunca es totalmente distinto; vuelve con variaciones geográficas y culturales en las que se presenta la historia como un espectro de matices hecho a base de los mismos colores.

La identidad. La pobreza. La crisis. La economía. La cultura. El odio. La petulancia. La pretendida superioridad cultural, moral o económica son los ingredientes presentes en toda relación humana que, en mayor o menor medida, forman el contexto en el que se desenvuelven los grupos o "naciones".

La crisis económica en Europa, que tiene un claro componente financiero, se parece mucho a las crisis que se producen cada 15 o 20 años pero es distinta de todas las anteriores. Sin embargo, sus consecuencias resuenan como consabidas de otras quiebras pasadas.

Decía Marx que toda sociedad se sustenta en una infraestructura económica que es la que acaba siendo la base de la estructura política y cultural de una sociedad. Esta afirmación es válida y se demuestra como una interesante perspectiva para interpretar lo que sucede en estos días.

Durante una crisis que está modificando las estructuras económicas de un mundo globalizado todo lo que va sucediendo, sin embargo, por repetitivo que parezca, suena disonante en este concierto desbordado que es el mundo actual, por más que se repitan argumentos conocidos.

En toda Europa surgen movimientos políticos identitarios de una u otra manera, ya sea frente a los extranjeros, frente a otras clases, frente a otra casta o contra otra religión.

Nada que repetir sobre lo que ya se adelantó someramente en otras entradas; es increíble que a estas alturas de la historia existan movimientos islámicos profesados por devotos capaces de recurrir al terrorismo, a las acciones encaminadas a ocasionar terror, valiéndose para esta forma de  barbaridad premedieval de un amplio elenco de nuevas tecnologías. Estos pretendidos musulmanes centran su estrategia en una interpretación sesgada y literalista del islam, recurriendo a las fuentes del mismo de forma integrista y purista (salafismo) para intentar desprender de su corpus teológico todo tipo de modernismos que serían a su juicio contrarios a la esencia pura de una religión en la que, no obstante,  el concepto de piedad, paz, ayuda al necesitado e incluso el sentimiento místico de vinculación amorosa con Dios puede recordarnos perfectamente a los místicos cristianos.

La guerra de Iraq y la guerra civil siria son una clara consecuencia de la intervención occidental en la zona cometiendo un error tras otro, desde la tibieza europea y la falta de altura moral de la administración americana.  Ni había armas de destrucción masiva en Iraq, ni Saddam, que fue durante mucho tiempo un aliado laico de occidente, era un Ben Laden y si pasó a ser la bestia negra tal vez fuera por desequilibrar en inestable balanceo de los intereses petrolíferos de la zona (otra vez la infraestructura económica marxiana).

El partido laico y panárabe Baas que apoyaba a Saddam (digámoslo así) y a otros regímenes de la zona fue barrido y la alternativa ha sido el nacimiento de corrientes radicales islámicas  que ya latían y resultan difíciles de contener, como sucedió en Afganistán. Caemos  en la cuenta de que no puede trasplantarse la historia y que la "primavera árabe" no fue más que una monumental estupidez de quienes creen que puede pasarse del islam preindustrial a la democracia liberal sin cambiar de base la economía de los países afectados.

El propio Hussein, tras el ataque americano con motivo de su invasión de Kuwait, empezó a comportarse como un creyente e incorporó a la bandera nacional el lema que proclamaba que Alah es el mas grande.

 Ahora, una mezcla de estados pretende intervenir en la zona formando coalición, sin haber aprendido nada de Afganistán y sin estar de acuerdo siquiera en lo que deben hacer o cómo hacerlo, todo mientras otro estado, el Estado del Islam (Al daula al Islamía) que no es un estado como se entiende el concepto en occidente, sino un califato que está sustituyendo al Estado fallido postbélico de Iraq y se encarga de aplicar su aberrante manera de entender la sharía, mientras practica el exterminio de cristianos y kurdos (otra vez el histórico genocidio de los kurdos, el mayor pueblo sin estado del mundo, ni propio ni ajeno que los pueda acoger; milenaria nacionalidad "histórica" de origen indoeuropeo).

Occidente apoya ahora a los peshmergas del Kurdistán. La población de esta región, sin embargo,   fue objeto de genocidio por parte de turcos  e iraquíes con armas vendidas a Saddam Hussein por los soviéticos, Francia  y gas mostaza suministrado por Alemania ( la España de Felipe González , como muchos otros países, también vendió armamento convencional). Estados Unidos y sus aliados tratan de entenderse con el Irán Chií, antes la base del eje del mal, para enfrentar el peligro integrista sunní que encarna el Estado Islámico, posponiendo de forma realista el contencioso nuclear.

La crisis también está agudizando los latentes conflictos  identitarios de Europa, donde hay naciones sin Estado pero, desde luego, sin relación alguna con la mencionada situación de los kurdos.

 Hace unos días votaron los escoceses sobre una posible segregación del Reino Unido conservando lengua, moneda e incluso corona. Es extraño el Reino Unido, un país sin constitución escrita en el que se vota de veras sobre su fragmentación,  aunque no hace tanto que se suspendió la autonomía irlandesa y se ocupó la región por el ejército.

 No hace tanto que los belgas estuvieron un año largo sin gobierno porque no podían entenderse las minorías flamenca y valona; el mismo conflicto podría darse en Chequia, Hungría, Rumanía, Eslovaquia o la Bretaña francesa, sin mentar cada una de las repúblicas de la antigua URSS.

En Francia la crisis ha permitido el ascenso de la ultraderecha como en España de la ultraizquierda; y ambos movimientos desde distintas identidades representativas y desde la pretendida "superioridad moral" frente a la clase política en esta coyuntura de crisis.

En España se plantea la cuestión catalana, que desde su inicio, a principios del siglo XIX se basaba en una pretendida reacción al centralismo y a la inmoralidad del grupo gobernante. En gran medida, el problema centralista es ya historia y los últimos acontecimientos del Caso Pujol --y lo que veremos-- nos resuelven cualquier duda sobre la moralidad de la clase dirigente catalana.

 Sin embargo, estos tópicos no son nuevos, ya se plantearon a principios del Siglo XIX, pero sin que se intentara quebrar la unidad nacional o estatal (solo muy tardíamente se concluyó que España era un Estado y Cataluña una nación); al principio se entendió a la inversa, dando a "nación" el significado liberal y a "Estado" el medieval, para entendernos durante décadas. Lo cierto es que el propio Almirall, el padre del catalanismo, acabó su vida muy lejos del nacionalismo, como lo hiciera Arana respecto del movimiento identitario vasco. 

Lo cierto es que el pensamiento nacionalista de las regiones periféricas no puede entenderse sin el movimiento integrista que fue el carlismo en los días de su nacimiento, como reacción moral cristiana y local al liberalismo "inmoral" y anticristiano centralista (aunque otro padre del catalanismo, Cambó, renegó de la II República que acabó por suspender el Estatut; el lider de la Lliga acabó financiando y promoviendo el reconocimiento del régimen de Franco en este bucle que muchos nacionalistas regionales acaban haciendo hacia el realismo al final de sus vidas, tal vez creyéndose cuerdos desde la vejez, el agotamiento y la agonía, como Alonso Quijano).

El otro componente de todo nacionalismo, junto a la exaltación neorromántica de las particularidades locales y raciales frecuentemente, es el odio a lo que no sea homogéneo y localista (esto en una Europa Unida y un mundo global), adelantando ya por otro prócer del catalanismo conservador, Prat de la Riba, en su obra "La Nacionalitat Catalana":

---"Es menester acabar con esta monstruosa bifurcación de nuestra alma, sentirse españoles y catalanes a la vez. Somos catalanes y solo catalanes. Este cambio no lo ha hecho el amor, sino el odio"

Este pensamiento, no obstante, no fue el más común, sino que los movimientos regionalistas fueron en su inicio razonables acciones de protección de la identidad dentro de una generalidad no excluyente. Prueba de ello fue la Primera República, promovida y dirigida por catalanes que planteaban un federalismo de izquierdas que hoy parece nuevo y se plantea como alternativa, pero que ya fue ensayado no con mucho éxito durante la Primera República, proyecto que hubiera podido ser viable pero desembocó en una forma delirante de cantonalismo que llevó a algunos a considerar naciones a la población de ciertos términos municipales.

Sin embargo, subyace lo de siempre. No se protege la hermosa lengua catalana  que nunca gozó de tanta vitalidad y afecto por parte los que somos aficionados a la lectura, lengua que, sin embargo, recibió en su día una poda empobrecedora, desde dentro del catalanismo, con la reforma rigorista de Pompeu Fabra, ni las instituciones autonómicas que tienen potestades verdaderamente federales; el problema es el dinero.

Ya en 1885, un movimiento social que se parecía mucho al catalanismo actual pero era memos petulante, presentó al rey una "Relación de Agravios" ("Memorial de Greuges") para evitar el efecto de la industria inglesa textil sobre la catalana, que habría que proteger en un contexto de pérdida de las colonias españolas y del comercio con ellas.

La particularidad de este vaivén catalán es la extraña sensación de un déjà vu surrealista sobre lo que pudiera venir.

 Imaginemos que se prohíbe la votación y que una parte de la sociedad política catalana intenta expresarse. Imaginemos que se suspende la autonomía y el Gobierno de Madrid utiliza a los Mossos d'Esquadra para impedir el sufragio. Se volvería a repetir una nueva suspensión de la autonomía desde dentro, incluso por policías que en su origen histórico, tras la Guerra de Sucesión, fueron instituidos por la administración borbónica  con la finalidad de perseguir a los austracistas.

Y alguien podría repetir lo que Figueras espetó a su Consejo de Ministros durante la Primera República, antes de coger la puerta y mandarlos a todos a hacer puñetas:

---"Estic fins als collons de tots nosaltres!"

PERSEIDAS (11-8-14)

 F. D. Á.
                                                                                                                 

  + 11-8-2004
                                                                                                                 
  In memoriam.


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Ángela visita el camposanto varias veces al año. Esta mañana temprano, con sus enseres de limpieza, tomó el autobús para entrar en el recinto cuando abre sus puertas. Llena el cubo, saca una bayeta que empapa en el interior del recipiente y la pasa sobre las lápidas de los familiares que yacen allí. Mientras hace esto va refiriendo algo en voz baja, unas palabras silvantes que resultan imperceptibles porque hoy no ha desayunado; no ha tomado sus pastillas y ha olvidado ponerse la prótesis dental. Vista desde lejos, pareciera que habla con sus familiares o , tal vez, estuviera rezando.

Por el camino va repasando de memoria el lugar en que se encuentra un sobrino fallecido prematuramente, una prima que pasó a la otra vida hace meses, sus cuñados... todos están allí. Los recuerda con melancolía y un poco sorprendida de cuántos años han pasado desde que faltan, aunque no están ausentes de su memoria.

Va y viene a la fuente trasegando cubos de agua con los que limpiar otra vez las lápidas. Antes ha retirado un cepillo que se encontraba junto a un ciprés para barrer las escamas de los árboles que el tiempo y el viento habían acumulado sobre la tumba.

De tanto ir ya conoce a los vecinos. El niño enterrado en el patio de párvulos cuyo nombre no se entiende en una chapa sujeta a una cruz, escrita con faltas de ortografía. El panteón del segundo patio de factura neoclásica en el que yacen los huesos de algunas personas pudientes. Las lápidas de los canónigos, unas escritas en latin y otras con unas menciones vanidosas referidas a la importancia del finado.


---"Emilio, tráeme más agua. Quiero dejar esto bien limpio. Aunque no sé para qué tanto... Me quiero ir con la conciencia tranquila..." le dice a su hijo, un hombre de mediana edad que la acompaña, el cual, en silencio se va con el cubo hacia la fuente, entre un bosque de cruces, bajo los cipreses, en una mañana de verano fresca, con aires que traen arrullos de tórtola.

Emilio vuelve con el cubo y observa a su madre, anciana pero enérgica, restregando la lápida de la tumba del padre. Recuerda los epitafios que estudió cuando era universitario.  Se le viene a la memoria una lápida medieval de un prócer insigne que yacía frente al altar, a un lado, en una basílica italiana, bajo una tumba desgastada por el paso de muchos fieles de siglos atrás y de tanto turista que viniera de todo el mundo desde hace pocos años para caminar por encima del sitio en el que reposan sus huesos. Sin pensarlo, se sienta con respeto sobre la losa de un túmulo cercano, observando el trajín de su madre y recordando a su padre, su enfermedad, su agonía y el desgarrador recuerdo que en su día creyó que nada podría borrar. Mientras recuerda fuma un cigarrillo; es adicto al tabaco como lo era él. Antes se emocionaba cuando iba al cementerio, ahora solo recuerda con pena y resignación los estragos del tiempo y reflexiona para sí que con mucha frecuencia vienen los ausentes a su  memoria, pero de la manera como se recuerda a alguien que se pierde en la lejanía y las brumas del olvido, con sensible melancolía, con resignación aceptada; sin el dolor lacerante de la pérdida reciente.

Un dumper pasa remolcando el carro en el que un funcionario deposita las flores secas que retira con diligencia para evitar la suciedad. Emilio piensa para sí que el recuerdo es intermitente, como las flores que se traen, se secan y se llevan y se consuela aceptando que las cosas solo pueden ser así, mientras cae en la cuenta que al ir a cargar un tercer cubo de agua ha pasado sobre una losa que, casi ilegible, contiene los nombres de algunas personas, enterradas a nivel de suelo bajo un mármol al que le faltan letras  en el que puede leerse, no obstante, la palabra "perpetua".

Mientras lee la vieja tapa de la tumba se da cuenta de que el cubo ha rebosado. Sus zapatos están chorreando. Recibe una llamada al móvil y cuelga sin contestar, antes de apagar el teléfono. Su madre ha finalizado la tarea y la acompaña hacia el exterior, mientras ella le va refiriendo, hablando en presente, dónde se encuentran sus familiares, mencionados por su nombre, como si se tratara se personas vivas que se encontraran allí descansando. Como si los vivos llevaran su vida en la ciudad y los difuntos vivieran en paz, felices en la compañía de  sus conmuertos.

Se alejan juntos, ella apoyándose en un bastón, hablando con su hijo. Él, en silencio, apurando un último pitillo antes de ayudar a la madre a subir al coche, ya que aún no pudiendo evitar el camino de ida,  la  ha convencido para no volver en autobús pues sus maltrechas rodillas le impiden subir al mismo.

Esta madrugada caen estrellas fugaces. Como hizo con su padre, tal vez salga con sus hijos esta noche a ver la lluvia.

sábado, 9 de agosto de 2014

CANCIÓN TRISTE

Solo hay algo más importante que la inteligencia; la bondad. La falta de bondad anula la capacidad de entender; no ponerse en el lugar del otro hace que desde el principio yerre el entendimiento.

He terminado la lectura de un libro sobrecogedor relativo a la época de la Gran Purga estalinista. Se titula "El borracho y la vendedora de flores. Autopsia de un asesinato de masas" (Ed. Tallandier) y es una descripción detallada, una crónica explicativa con gran cantidad de detalles de las purgas que muchos cargan sobre Stalin, pero que, en realidad, fue la concreción histórica de un pensamiento totalitario que arrasó Europa; un continente que enloqueció tras el trauma de la primera Guerra Mundial.

El libro de Werth empieza describiendo el caso de un revisor de trenes que en una estación cercana a Moscú, borracho, arroja en la cantina una botella que viene a dar contra el retrato del presidente de la URSS. Mediante el inconsistente testimonio de dos testigos, en un procedimiento extrajudicial, administrativo, similar al que en nuestro país se tramita y finaliza con una multa de tráfico, en menos de una semana, el alborotador fue ejecutado mediante un tiro en la nuca, típico procedimiento de "fusilamiento" bolchevique.

Decenas de miles de personas murieron de esta forma bajo el dogma totalitario. Una instrucción secreta de Stalin reclamaba un número de detenciones y ejecuciones que había que alcanzar, dependiendo de los estados, las etnias o la condición social (antiguos propietarios de tierras, finlandeses, polacos, lumpenproletariado; desarraigados, niños mendigos...etc) que ocasionaron la muerte de muchos millones de personas por ejecuciones sumarias, hambre o enfermedades. Y todo esto en nombre de un ideal, nacido tras este sangriento parto, que pretendidamente traería igualdad, libertad y fraternidad. Otra vez. Todo esto en nombre de la razón, la lucha contra la opresión; la igualdad como liberación de los oprimidos.

En otro libro del mismo autor se da cuenta del genocidio de Nazino, una isla en medio de Siberia a la que fueron deportados varios miles de "indeseables" que acabaron por practicar el canibalismo
("L' île aux cannibales").

Como muchas veces ha sucedido, cuando la violencia cruda es la partera de la historia, a la acción sucede la reacción. Tras la Primera Guerra Mundial llegó un tratado injusto que humilló a Alemania tanto como este país había humillado antes a Francia, agredido en esta ocasión, pero agresor tantas veces en el siglo XIX. Alemania, para alcanzar la linea de flotación de los aliados, envió un torpedo llamado Lenin a organizar una revolución en el interior de un estado monárquico medieval y casi esclavista. Nació el experimento soviético y la aplicación práctica de la lucha de clases marxista  que acabó en las ejecuciones de masas y el Gulag.

La reacción acabó en la Segunda Guerra Mundial (hoy se cumple aniversario del infame lanzamiento de la bomba de Nagasaki), con la mayor carnicería que los tiempos hayan conocido.

Leyendo el libro de Werth uno concluye inmediatamente que lo que se relata no es posible más que cuando el poder cae en manos de un dictador enfermo, en el seno de una sociedad enferma, mediante el ejercicio del poder sin límites, en el que se desconocen los Derechos Humanos que, proclamados en la posguerra y recogidos por muchos países, son sistemáticamente despreciados en demasiadas ocasiones.

En un proceso de alucinación colectiva que también encontramos en Alemania y recuerda a la lógica sectaria y al metalenguaje de los terroristas, se creaban órganos que pretendidamente representaban al pueblo, a los soldados y trabajadores en un experimento alternativo a la democracia representativa ("democracia burguesa") pero que no era más que un proceso de decantación hacia la dictadura unipersonal. Trotski, judio ucraniano; asesino asesinado por Stalin, fue quien creó el metalenguaje representativo de una supuesta realidad alternativa a la burguesa; así, el Gobierno se llamaba Sovnarkom ( siglas de Consejo de Comisarios del Pueblo), los ministros eran "comisarios" y los encargados de "misiones especiales" eran los verdugos.

A nuestros ojos parece increíble que la humanidad pueda llegar a la degradación de las sociedades totalitarias europeas del siglo XX; todo sucedió porque gente inteligente consideró serlo más de la cuenta, se armó de un pretendido dogma superior y empezó a construir una Historia de liberación que nacería tras una violencia que debería ser transitoria en el proceso de nacimiento de la libertad. Lo que sucedió realmente ya lo conocemos.

Sin embargo en esa sociedad esquizoide existía el sentimiento de culpa ya  que muchos eran conscientes de lo que estaban haciendo. Modernos autores informan que Stalin se confesó varias veces en su vida. En el libro de Nicolas Werth se reproducen informes de altos cargos políticos que transcriben secretamente otros de los responsables de los campos de concentración, en los que se dice que la gente muere de frío, que no hay ropa, que se comen a los perros y padecen tuberculosos o tifus, que al no tomar verdura en meses sufren escorbuto y que eran tantos los deportados que llegaban  que morían a miles de frío siberiano o de pura desnutrición.

A la muerte de Stalin, Kruchev inició el proceso de revisión de la política soviética con el informe secreto al Congreso del PCUS, pero uno de los más competentes ejecutores de la política de disparo en la nuca y deportación había sido él, que organizó a su vez el asesinato del genocida Beria para hacerse con el poder.

A estas alturas, sin embargo, la violencia política no es agua pasada; esta mañana se han reanudado las hostilidades en Gaza. ¿Qué diferencia hay en considerar prescindible y objeto de eliminación a un alcohólico por considerarlo residuo marginal, un deficiente mental por ser una carga social o un judío o palestino por el mero hecho de serlo?

Durante la Segunda Guerra Mundial, la juventud europea en plena carnicería escuchaba a Piaf, Dietrich o a Vera Lynn (tiene 97 años) y su famosa canción "We`ll meet again" (Nos veremos de nuevo", una promesa a la espera del reencuentro con quien perdiera la vida). En la tragedia, las tres cantantes se entregan a la esperanza del amor, en canciones de desgarradora belleza.

Os regalo "We'll meet again" de la magnífica Lynn. Una canción a la esperanza. La canción más triste y esperanzada que se haya cantado.

Mientras que en la más trágica zozobra haya canciones al amor y la esperanza, la lucha por la bondad y la razón no está perdida.

https://www.youtube.com/watch?v=OJKMji2688M






viernes, 18 de julio de 2014

LUNA VIEJA

Esta noche me ha despertado la luna. Creí que estaba amaneciendo. El pasillo del dormitorio se encontraba en una clara penumbra, como si se tratara de una hiperbórea noche blanca., esas noches polares que son de día sin serlo, pero tampoco son noches. He recordado una buenísima película de Norman Jewison  protagonizada por un joven N. Cage y Cher, representando los papeles de unos miembros de una familia italoamericana. Es una película coral con muchos coprotagonistas, pero,como resulta con otras de este tipo, como la obra maestra "Dublineses", vas entendiendo la vida de cada uno, en cada uno, con sus traumas, sus amores, sus traiciones, su generosidad y su mezquindad; con su silencio. En "Dublineses" el nudo se desata cuando la esposa explica a su marido, amante pareja, que está triste porque desde su adolescencia recordaba a un joven pretendiente que murió de frío esperándola a la puerta de su casa, de lo que nunca había hablado a su buen esposo. En la película que comento de Cage y Cher, entiendes de pasada el núcleo de la misma cuando dos maduros cónyuges comentan que, la luna, que entraba blanca por la ventana, era la misma que brillaba cuando dos miembros de su familia se conocieron y, en ese momento, les hacia, de alguna forma, conocerse mejor a ellos, en el silencio de la noche, tras el paso de los años... la misma luna. La película me impresionó positivamente en su día y pude asistir a su temprano estreno en los  cines Alphaville antes del doblaje, allá por los años 80 del siglo pasado. Finaliza con un  brindis de los coprotagonistas que, viviendo cada uno su vida, en compañía, toman un trago "alla famiglia" ; el film  te deja un tanto descolocado por cuanto puedes discernir que, de alguna forma, tal vez todos  sucumbamos a ese "Hechizo de luna", que es como se titula la película ("Moonstruck").

El mismo hechizo me hacía recordar el film, mi juventud y, al tiempo que me sentía joven porque tantos años aún no han hecho mella en mí, no podía dejar de recordar que siempre la luna ha sido un reloj que ha servido para marcar el paso del tiempo. Sin mucho que añadir, diré que la luna creciente es la mitad del mes lunar, camino de la luna nueva y ahora los musulmanes hacen un mes de ayuno diario que pueden romper al ocaso. La luna en árabe tiene el bonito nombre de Al qamar.

Por la tarde empezaba a verse por levante una increíble luna rojiza, enorme, que se podía apreciar incluso antes del ocaso y fue haciéndose más visible hasta que, de madrugada, como digo, era de un brillo casi solar. Y se me vino a la memoria, desvelado ya, el soneto de amor oscuro de García Lorca que a continuación os regalo, en él el poeta urge a consumar los sentimientos, pensando en esa imagen del paso del tiempo conjugada en la decrepitud del sol frente a una luna llena, o luna vieja que él dice; planteando que los sentimientos siempre son urgentes, que hay que darlos y pedirlos, porque no nos espera más que el estremecimiento de la soledad eterna, de la que solo se puede escapar con la entrega, con una interminable relación que fuera como una madeja de inacabable amor:

"Que no se acabe nunca esta madeja
del te quiero, me quieres, siempre urdida
con decrépito sol y luna vieja.
Que lo que no me des y no te pida
será para la muerte, que no deja
ni sombra por la carne estremecida".

Hilvanando recuerdos insomnes se me vino a la memoria el musical de Forman, "Hair", en el que se anuncia el inicio de la era de Acuario, donde ya todos seremos mejores y no habrá mezquindad en el mundo, conforme pensaban algunos jóvenes de entonces, en una reacción al sistema que siempre demuestra ser ingenua, porque el sistema no es algo instituido, sino que somos nosotros. De este musical recordaba dos hermosas canciones "Let the sunshine" (deja brillar el sol) y "Aquarius", que parece que es lo único que haya sobrevivido; una marca de bebida isotónica.

Creían que al estar la luna en la séptima casa astral y alineados Júpiter y Marte, la paz y el amor guarían a los planetas y en el amanecer de la era Acuario, todo iba a ser armonia y entendimiento, simpatía y confianza en un mundo de sueños dorados y visiones cristalinas que nos llevarían a la verdadera liberación de la mente. ¡Qué jóvenes éramos y qué necesario sigue siendo el mensaje!

Os dejo el enlace y la letra.

Tiempo, cine y música. Y lo mejor es compartirlo con vosotros. Mirad al cielo.

https://www.youtube.com/watch?v=EhbxI5eVnM4

"When the moon is in the seventh house
And jupiter aligns with mars
The peace will guide the planets 
and love will steer the stars

This is the dawning of the age of aquarius
The age of aquarius

Aquarius

Harmony and understanding
Sympathy and trust abounding
No more falsehoods or derisions
Golden living dreams of visions
Mystic crystals revelations
And the minds true liberation"

viernes, 6 de junio de 2014

TRAPECÍTICA 3



Y hoy en día vamos a peor. El propio expresidente de la Reserva Federal americana confiesa que no sabe cómo se ha producido la crisis ("The map and the territory: Risk, human nature and the future of forecasting", Penguin Press, 2013)

Se han incorporado numerosos mecanismos de estudio del equilibrio económico a largo plazo para prever las crisis mediante modelos dinámicos de equilibrio ectoclástico (aleatorio), siguiendo la obsesión loca de Adam Smith.

No han entendido nada de la Historia. La economía es la acción conjunta de millones de personas que trabajan por un interés propio saltándose las reglas de las leyes y siguiendo el único criterio de la persecución de la ganancia. Cuando el capital no puede incrementarse, se inventa el incremento, como ha sucedido en la actual crisis, durante la cual Greenspan intentó que fuera la mano invisible del mercado la que buscara el equilibrio. De locos.

Y pasó lo que tenía que pasar tantas veces a lo largo de la historia en una espiral cada vez más peligrosa: el crecimiento especulativo y los propios derivados financieros eran, en realidad, otra estafa diferida que, como ha sucedido tantas veces, no son más que peligrosos descubrimientos especulativos que han derivado al comercio mundial paquetes de deuda como nueva burbuja, pero esta vez de un montante de 10 veces el PIB de USA de 2002, llegando en 2011 a 700 billones de dólares, más de 10 veces el PIB global, según cálculos del Banco de Pagos Internacional. Ante esta enormidad hay que preguntarse porqué se llegó hasta aquí y cómo se va a salir de la crisis ahora.

Se confirma así lo que más de 300 años antes escribiera el escolástico Juan de Lugo:" Pretium iustum mathematicum licet soli Deum notum". El valor de las cosas sólo lo conoce Dios, y así debe de ser, pues a lo largo de los siglos se ha demostrado que la especulación dineraria y de activos ha creado enormes distorsiones que han generado innumerables ruinas, por la avaricia de convertir la regla personal de lo que las cosas valen en meras especulaciones financieras, construidas sobre el engaño y el peligro de alejarse de lo que son las cosas y lo que un buen padre de familia consideraría que pudiera ser su sagrado valor.

domingo, 1 de junio de 2014

TRAPECÍTICA 2

Y la crisis de las ciudades italianas se acrecentó más aún con la llegada del oro de América. El emperador Carlos tenía que pagar a los electores para conseguir el la corona imperial, consolidar bajo su cetro la "universitas christiana", para lo que tenía que conseguir apropiarse de la parte privada del oro depositada en los bancos de Sevilla y conseguir cada vez más oro que no hizo más que disparar los precios en España para acabar en Italia o Flandes,  mientras el tejido industrial de nuestro país quedaba arrasado por efecto de la entrada del metal americano y desaparecían comparativamente los grupos sociales productivos.

Los bancos de Sevilla quebraron también, habiéndose establecido antes la regla del depósito con reserva fraccionaria y los créditos forzosos a la Corona. La crisis perfecta provocada esta vez por los poderes públicos y los bancos asociados. Como hoy en día.

Y seguían las admoniciones de los Escolásticos Dominicos: "No os metáis en negocios peligrosos, pues pecáis, aunque sucedan prósperamente y por el solo peligro en que se pusieron los depósitos" recibidos en los bancos.

Siguieron las sucesivas bancarrotas de nuestro país; Felipe II tuvo el honor de reinar en un período en el que estas cíclicas destrucciones de riqueza eran frecuentes. Igual que ahora.

La excepción se dio cuando un banco municipal garantizó el coeficiente de caja al cien por ciento y se financió con unos modestos millajes que resultaban rentables gracias a la seguridad que inspiraban en sus cada vez más depositantes. Un banco de hombres honrados: La Banca Municipal de Amsterdam, gracias a la cual los depósitos quedaban garantizados totalmente, mediante controles semanales de burgomaestres que certificaban que todo el dinero depositado seguía allí. Pero fueron la excepción.

Los ingleses experimentaron la vergonzosa estafa del Banco de Inglaterra con la burbuja inversionista de la Compañía de los Mares del Sur (es el nombre que los españoles dieron al Pacífico que, por entonces era el que todos usaban para designarlo). Otra burbuja. Otra estafa financiera y otro cataclismo económico.

También los franceses tuvieron su personal experiencia de captación fraudulenta de inversiones y sus cíclicas consecuencias cuando, tras la Guerra de Sucesión española, el tesoro real francés estaba en bancarrota (apropiada palabra). El Regente, Louis de Orléans fue convencido por John Law para que se sustituyera el depósito de dinero o facturas por la emisión de billetes bancarios de deuda pública, convirtiendo al rey, a través del regente, en un banquero de la peor calaña, pues se constituyó la Sociedad Comercial del Mississippi, para explotar las magníficas prospectivas de la Luisiana francesa que no era, en realidad, más que una descomunal estafa. La emisión de papel moneda sin reserva de respaldo, el invento de Law, sería un antecedente que seguirían las bancas desde entonces en una práctica aún más peligrosa que la de los depósitos a la vista que pasaban a ser préstamos fraccionados. Otro fiasco descomunal del que se aprovecharon sujetos como Richard Cantillon, el padre de la Economía Política, que se dedicaba a la admisión de depósitos de acciones de la Sociedad Comercial del Mississippi, con reserva de venta. Lo que hizo ya se puede imaginar (enseguida se convirtió en una nueva práctica, aunque a Cantillon quisieron encarcelarlo), vendió las acciones depositadas cuando el precio era más alto y las recompró cuando era más bajo: se acababa de descubrir la especulación bursátil. Arruinó a  sus depositantes y se forró de dinero. La historia es terca, como se ve.




TRAPECÍTICA 1

Días atrás condenaron a unos banqueros de una caja del Penedés por lo que podría ser un delito de apropiación indebida o, tal vez, delito societario. No van a la prisión, pues ha habido acuerdo y han restituido sus pensiones millonarias. Ante el escándalo de la opinión pública que no entiende cómo en plena crisis alguien puede cometer tal atropello sin mayores consecuencias.

No es nuevo y es culpa de todos. También mía y tuya, del que lees esto, por aceptar que pueda negociarse con el dinero como si de una mercancía común se tratase, por depositar dinero a cambio de intereses y admitir que deben pagarte dinero por tu dinero. Se empieza así y acabamos todos donde estamos. Una y otra vez. La especulación lleva siempre a la euforia, la euforia al desafuero y, entes o después, a que el castillo de naipes especulativo se venga abajo, pues no es, ya se ve, más que cuestión de tiempo. Ciclos en los que todos enloquecemos para venir a dar de bruces, una y otra vez, contra la misma piedra.

Ya en la Trapecítica de Isócrates (muerto en 338 antes de nuestra era) encontramos lo que podía ser un primer documento jurídico en el que un depositante reclama su dinero al banquero, el cual no se lo restituye. Las preferentes, el corralito y todo lo demás ya se dió en la antigua Grecia (y el la nueva) y, desde entonces, sin parar.

Por aquella época los templos griegos eran conocidos bancos que crecían en  un entorno favorable hasta que ya en época de Mitrídates explotó la primera burbuja financiera, en el siglo IV antes de Cristo, que hubo de resolverse con una moratoria de 10 años antes de recuperar los depósitos que los banqueros de Éfeso no podían devolver.  Desde muy atrás la religión se ha manifestado en templos y en los templos ha habido comercio. Y siempre todo por lo mismo: dejas dinero para que te lo guarden, el que te lo guarda se lo apropia y lo presta a su vez, de manera que si quieres recuperarlo antes que que a él le devuelvan tu dinero te quedas sin el depósito. Así de sencillo. Una apropiación ilegal que todos admitimos cuando esperamos que por la entrega líquida recibamos unos intereses.

Ese es el problema, la contabilidad doble que ya en la Alejandría tolemaica se practicaba en los bancos y que los jurisconsultos romanos entendían como un robo: Si yo entrego un depósito no estoy otorgando un crédito. Esto,además, era pecado de usura y para evitarlo se recurrió a la institución del "depositum confessatum" que permitía encubrir el ilícito y pecaminoso negocio convirtiendo el depósito en un crédito fraccionado. Tan recurrente es el fraude de ley.

Durante el Renacimiento las ciudades italianas experimentaron un increíble desarrollo económico, cultural y social mediante la expansión financiera derivada de la multiplicación ficticia del valor del dinero depositado que generaba una mayor disponibilidad y tráfico financiero, inflando una burbuja que ya por el siglo XIV explotó una vez más, cuando los banqueros devolvían las monedas depositadas aleadas con metales no preciosos o las sustituían con el reconocimiento de la deuda con un simple pagaré. El pagaré no era admitido por los depositantes que no podían afrontar sus deberes mediante la devolución de sus depósitos indisponibles y, así, se ocasionaba un impago en cadena desde el banco hasta el último menestral que no podía cobrar su salario...todo por una pérdida de confianza de los que h¡nunca hubieran debido confiar en que el dinero aumentaba su valor por el mero cambio de mano. Hasta el siglo XVI parece que esas crisis fueron periódicas, por ser conocida la quiebra de la florentina Banca Ricci por entonces. Esta quiebra financiera provocó una falta de confianza y generó un subsiguiente "mancamento della credenza" que paralizaba la sociedad (nuestra contracción del crédito, tras la resaca de la especulación de años atrás).

Hasta la Peste se convirtió en una ocasión para acumular capital en manos de los supervivientes e invertirlo en nuevos negocios, entre ellos la propia reconstrucción inmobiliaria de las ciudades toscanas. Lo mismo ha pasado tras las grandes guerras del siglo pasado, guardando las distancias.

Se repite la historia. Tantas veces.

Un escolástico español del Siglo de Oro decía de los banqueros: "Hambrientos tragones, todo lo roban y ensucian, salen a la calle son su mesa, su silla, la caja y el libro; como las prostitutas" y reconvenía a los que luego se quejaban cuando no les devuelven el depósito, pero sí aceptan que, a cambio, le paguen intereses "porque sabe que el banquero no le ha de guardar su depósito, sino gastar su dinero", calificando las ganancias de los bancos como "robos con los que os hacéis casas superbas, compráis ricas heredades, con excesivas costas familiares y muchos criados. Hacéis grandes banquetes y vestís costosamente, siendo que cuando os asentasteis a logrear erais pobres" y criticaba a los que depositaban a sabiendas su dinero en el banco para la especulación, ya que "la gente compra como si hubiera más dinero del que en realidad hay", advirtiendo otro escolástico: "pecan los cambiadores y los que les dan el dinero".

Lo dicho por S. de la Calle o Azpilcueta sería aplicable con extraordinaria actualidad a ciertos banqueros de nuestros días y a los que han vivido "por encima de sus posibilidades", pues,  unos u otros a sus ojos serían a día de hoy responsables del actual crash.

El "pelotazo" no es de ahora, pues.

Lo que se ve en la televisión, lo de las estafas de las preferentes, la contracción de créditos que nos lleva a la recesión o la estanflación, la euforia etílica financiera de los pasados años, el edificio de engaño y loca confianza en que hemos vivido hasta  aquí no tenía más solidez que una burbuja de las que, desde siempre, han venido estallando ante las narices de los que han recurrido a la especulación criminal y los que por ambición han entrado en el juego de entregar su dinero ahorrado a cambio de más dinero, pero fácil, siguiendo la lógica de quien cuestiona alegremente el valor de las cosas y la moral de las finanzas.

viernes, 2 de mayo de 2014

LA MANO DE FÁTIMA.

Cada mañana suelo empezar el jornada en la vía verde. En invierno, con noches largas, espero el amanecer a la mitad del tramo. En mi coche, estacionado, orientado junto al camino. En las noches largas del invierno es dificil reconocer a los caminantes. Ahora, con los días más largos, se ve a la gente que, de tanto ir cada mañana, acabas conociendo. En general, los caminantes solitarios son amigables cuando se cruzan con otros, de los que acaban haciéndose conocidos.

Ahora la vía está a las siete y media llena de sol naciente, y la brisa fresca de la mañana mueve las copas de las acacias, arracimadas de flores, formando una cubierta blanca y verde a lo largo del recorrido, en un espectáculo de belleza desbordante.

En junio de hace dos años tuve que ingresarme en el hospital, por un dolor muy intenso motivado por una fractura vertebral. Me recibió una doctora amiga que siempre que me encuentra me echa un remiendo y ,con su buen hacer y su cercanía, me ayuda, nos ayuda a todos, quizás más de lo que su obligación le impusiera.

Me dejó en reposo en un box de urgencias. Me llevaron en una camilla a realizarme unas puebas. Para los que no estamos acostumbrados, encontrarte postrado en una cama con ruedas y que te lleven mirando al techo, viendo pasar los extintores de las paredes y las claraboyas, es un tanto incapacitante; entristecedor, quizás por la suerte de no haber tenido que ir y venir mucho en camilla hopitalaria, teniendo por todo horizonte el ruido de las ruedas y el techo de las galerías clínicas.

A la vuelta, enganchado a un gotero y con un tensiómetro automático apretándome el otro brazo, quedé esperando a que mi amiga consiguiera, una vez más, quitarme el intenso dolor de la espalda.

En el box de al lado había una joven pareja. Creo que estábamos apartados del resto de los enfermos por motivos bien distintos. En mi caso porque mi dolencia no era grave pero quedaba cerca del mostrador en que mi amiga iba estudiando papeles y dando instrucciones a los sanitarios. En el caso de los jóvenes del box contíguo, porque, como luego supe, esperaban para llevar a la chica al ala de medicina paliativa, pues, al parecer, su vida se le escapaba definitivamente.

En ese extremo del ala de urgencias, que tenía pocos enfermos por entonces, estábamos en relativo silencio. Reflexionaba para mi cómo nacer, morir, sufrir, vivir es tan importante y cómo nos engaña la edad, como dice la esfera del reloj falso de Florencia.

 Pensaba en el dolor físico y en el dolor del alma. En lo insoportable que pueden ser ambos a veces, pero en la mayor dificultad para recuperarse de los desgarros del espíritu que de muchas dolencias del cuerpo.

Los pacientes de al lado estaban en silencio. Tenían un biombo que les daba cierta intimidad en su desgracia. La chica, en voz baja pero firme, sin expresión alguna de dolor, le pidió a quien la acompañaba:

---"Espérate. Quédate conmigo".

No oí respuesta alguna. Seguimos allí durante unas dos horas, hasta que me enviaron a casa. Mi amiga Ana no suele equivocarse; conmigo siempre acierta y si dijo que la chica estaba mal es que se le acababa la vida.

Aliviado por el dolor que había remitido me fui a casa (me vinieron a recoger) y no pude evitar mirar a través del biombo entreavierto. Un hombre joven, más alto que yo, delgado, con la cabeza rapada, tomaba la mano de una mujer que no pude ver, porque estaba inclinado sobre ella. Si ví su mano, pues me llamó la atención que llevara una pulsera inconfundible, lo que no es normal cuando te ingresan. Esperando para salir, pensaba en mi mejora y en la distinta circunstancia de la chica que agonizaba y de quién la acompañaba, que no sabría decir si era un amigo, un hermano, un novio o un esposo. El único consuelo que a ellos les quedaba no era más que una corta compañía mutua.

Hacía dos días que creía haberlos visto en la vía verde, pero había pensado que no era lo que creía más que una posibilidad remota que me mantenía confundido. Esta mañana, a las ocho, los he encontrado por segunda vez. He detenido el coche a la altura del sitio por el que iban a pasar y he visto, he escuchado a la pareja. Ella, con el mismo tono de las tres palabras que escuché, le decía a él que la esperara, pues el joven iba corriendo ligero por delante, pero juntos, como he descubierto esta mañana, aunque no reparé en ello el pasado martes.

El chico, con su cabeza rapada y más pálido de lo que recordaba, se ha vuelto sonriente; mientras ella le pedía que se acercara para tomar un trago de agua.

Cuando ha levantado  la botella deportiva he visto su pulsera inconfundible con la mano de Fátima.

Están juntos.

Para celebrarlo os regalo un aria de Bach: "Bist du bei mir" (quédate junto a mi).

 http://www.youtube.com/watch?v=6ZaJLvbue3Y

viernes, 18 de abril de 2014

CREACIÓN IMPERFECTA

Acabo de terminar la lectura de un magnífico libro de Gleiser sobre la imperfección desde el punto de vista científico de todo lo que se considera creado conforme a un plan ("Criação imperfeita", editorial Saraiva) . El autor brasileño viene a demostrar que todo cuanto existe es simplemente la consecuencia de un azar dinámico e irracional, cuyas reglas apenas hemos empezado a desentrañar. Puedo estar de acuerdo en lo de nuestra ignorancia. No tanto en que, admitiendo ésta, podamos concluir que somos, que todo es una creación imperfecta. El propio concepto de creación o de imperfección implica tales matices que seríamos incapaces de ponernos de acuerdo siquiera en un superficial debate nominalista.


  Otras creaciones, consideradas imperfectas por algunos, me hacen pensar más; aunque sea de pasada. Digo esto porque hoy ha venido a verme mi amigo Augusto, que está loco. Es amigo desde hace muchos años y pese a su deterioro mental se aprecia su bondad; es muy inteligente pero no puede dejar su cerebro en el límite de lo estrictamente racional. Augusto es capaz de razonar de manera meticulosa pero, de pronto, desbarra y se pierde en lo que para una persona sana son meras elucubraciones, ensoñaciones demenciales, asuntos en los que ni se repara ni a los cuales se presta atención. Tiene lagunas de memoria, olvidos sobrevenidos por efecto de la continua medicación a la que ya es adicto.

 Augusto es capaz de haber escrito libros de mecánica y pudiera tener un cociente intelectual altísimo pero asociado a lo que se entiende como una personalidad enferma. Está incapacitado, esto es, está muerto legalmente en vida, no puede comprar, no puede contraer matrimonio, no puede enajenar bienes y solo tiene derecho a 150 euros al mes que gestiona una entidad que lleva su curatela. Ha venido a verme por nada. Estas son las mejores visitas. Enseguida se ha marchado, porque consideraba que me hacía perder el tiempo. Creo que solo quería que escuchara cómo le iba la vida, porque ahora, un poco mejor, está en el hospital de día. Como creación imperfecta ha estado encerrado en el psiquiátrico mucho tiempo. Me ha dado su nuevo número de móvil que, según él, no le tienen intervenido, pues dice que oye la voz de los que le tienen pinchado el teléfono. Desde su mundo, es mucho mejor que otros lo somos desde la vertiente racional de la vida.

Si todos tenemos por ley el derecho a la igualdad, nadie hay más desigual que las personas discapacitadas y, de entre ellas, los discapacitados mentales naturales o jurídicos.

Vivimos en una sociedad demasiado estructurada, tal vez por suerte; he de admitirlo. La perfección de nuestra sociedad, en esto, radica en que de una vez debemos dejar, como algo intocable, la ayuda institucional a los más débiles de entre los nuestros, los que dependen de nosotros más de lo que todos dependemos de todos, nuestros dependientes, sin perder de vista que la ayuda es para quien los cuida, pero también y especialmente para ellos.

 Hace años, durante un curso que hice en Valencia reparé en algo extraño. Me preguntaba porqué esa ciudad no tenía niños, quizás porque me acordaba de mis hijas. No los vi, día tras día, porque estaban en la escuela. Ahora, en vacaciones, los niños escapan de casa y, si no tenemos donde aparcarlos, vuelven a la calle a jugar y a generar molestias a los ancianos, que son generalmente los más quejicosos. Cuando empieza el curso desaparecen otra vez.

Lo mismo sucede con los discapacitados. El domingo, por una calle vacía de coches tras el paso de una procesión, encontré a Manolín, un hombre de mi edad que sufre un retraso mental oligofrénico. Su alma no ha envejecido. Sigue siendo un niño. Con voz de hombre se dirigía, vocalizando como un crío, hacia el joven que lo retiraba del paso procesional. Debiera de ser su sobrino, por parecer bastante más joven que él y guardar cierto parecido físico. Cuando éramos chicos solíamos encontrarnos para compartir su compañía; era amigo de mi hermano menor aunque era mayor que nosotros, porque, a cierta edad, tres o cuatro años más se notan mucho en el desarrollo físico. Lo recordaba más alto y es que lo era respecto de mi cuando compartíamos la infancia y cuando dejé de verlo. Me ha sorprendido volver a dar inesperadamente con él y me he alegrado para enseguida entristecerme. Recuerdo que se le caía el moco y su madre le solía pasar un pañuelo para limpiarle la baba, de forma mecánica pero llena de resignado cariño. Hoy sigue igual.

Como a todos los grandes discapacitados, para el desahogo de la familia, a Manolín lo tienen internado en un centro de otra provincia y la familia lo recoge en época de vacaciones, no sé si porque cierran el Centro o porque entonces tienen tiempo para traerlo a su lado. Eso creo porque es lo que sucede en otros casos que conozco mejor. Está bien, siempre que no se pierda de vista que la ayuda es necesaria y que debe servir para cohesionar a las familias y, en todo lo posible, integrar a quien la recibe.

No aguantamos las creaciones imperfectas; eso pienso algunas veces. Nos quitamos de encima a quienes van a nacer con una discapacidad, a los enfermos mentales, a los viejos, a los débiles. Incluso los niños están aparcados todo el tiempo para que los padres tengamos tiempo que dedicar al trabajo que no nos permitirá tener hijos a los que dar el producto de lo que hacemos. Hasta los niños, por no estar maduros, son creaciones imperfectas. No dejamos de quererlos, pero nos entorpecen la vida cotidiana.

Siempre que veo un gran discapacitado recuerdo una película antigua, en blanco y negro, titulada en español "La parada de los monstruos" ("Freaks" en inglés, simplemente) en la que un grupo de actores, de veras tarados genéticamente,  interpretan unos magníficos papeles en el film, con un argumento que trascurre en un circo, lugar en el que solían acabar para su exhibición toda clase de anormales presentados como engendros de feria. El tema de la película debiera hacernos pensar, porque la altura moral de los personajes se mantiene solo respecto de los contrahechos reales que participan en la película y seguramente encontraron en algún cottolengo, esos hospitales de caridad donde iban a parar los que hoy elimina la eugenesia. Los personajes perfectos, hermosos, inteligentes  son los caracteres de la obra realmente malvados.

 Esta producción generó un escándalo cuando se proyectó allá por los años 30 del siglo pasado; en algunos países se prohibió y solo a partir de los 70 se ha considerado una obra de culto. En ella se hería la sensibilidad de los bienpensantes que consideraban una ignominia la mera exhibición de ciertas personas, no sé si por motivos éticos o estéticos. Ya en el antiguo Derecho Romano, a los que nacían deformes se les consideraba "monstrua" y no personas. En el film, ellos mismos hacen piña bajo el lema "quien ataca a uno de los nuestros, ataca a todos", y con ese argumento se organiza la venganza por la traición que sufre el protagonista (no cuento más...). 

Lo mismo me decía; ellos son los nuestros y tenemos que protegerlos más por eso y por todo.

En eso pensaba cuando veía alejarse a Manolín, a quien quizás ya no vuelva a ver. Patizambo y grandullón, del brazo de quien cuidaba de él.  Mocoso e inocente.

miércoles, 16 de abril de 2014

PLATÓN Y LA MANDARINA.

Platón, en su obra "El banquete", se refiere a unos personajes mitológicos, con anteriores y variadas referencias literarias, llamados "andróginos". En la edad dorada, los seres humanos eran hombres, mujeres o andróginos, unos tipos redondos unidos por el vientre, con dos sexos, una cabeza con dos caras y cuatro extremidades. Los andróginos podían tener dos sexos iguales o diferentes.

Andrógino viene de una composición de la palabra hombre y mujer en griego, formando una sola.

Estos seres eran de una fuerza increible y llegaron a enfrentarse a los dioses, por lo que Zeus los partió en canal, separando sus dos mitades y convirtiéndolos en seres humanos corrientes; aunque pensó antes en exterminar a toda la humanidad, no lo hizo por no quedarse sin quiénes le adoraran.

Desde entonces, una parte de la humanidad pasa la vida buscando a otra parte de la misma, o sea, a su otra mitad. Hombres que buscan mujeres, mujeres que buscan hombres, hombres que buscan hombres y mujeres que buscan mujeres.

El concepto existe en muchas culturas, los franceses llaman a ese amor perfecto "la mitad", los alemanes y los ingleses "la mejor mitad", los italianos la "media manzana" y los españoles "la media naranja".

Hablando de la naranja y de las vueltas de las palabras y las ideas que representan en el tiempo, el vocablo es árabe (náransh es naranjo y náransha es el fruto) pero referido a la naranja amarga. La palabra pasó a muchas lenguas de Europa, referida al fruto, pero a unos paises con el nombre de la planta y a otros con el de la fruta (naranja, laranja, arancia o bien orange desde al francés a otras lenguas).

La pequeña naranja dulce se llama "tangerine" en francés, nosotros la llamamos mandarina, por su origen chino. Tangerina es porque fue en Tánger donde la sembraron por primera vez los portugueses, pues era esa ciudad una colonia lusitana allá por el  final de la edad media y, curiosamente, en árabe hoy mandarina se dice "shina" o "burtiqal", o sea, China o Portugal, ya sea referida al origen o su primer lugar de cultivo occidental.

Las ideas y las palabras cruzan los países y el tiempo; a veces vuelven. La gente se cree muy diversa pero tiene mucho más en común de lo que supone.

domingo, 13 de abril de 2014

BUENA NOTICIA

Hoy  empieza la Semana Santa. Es una manifestación de religiosidad popular variada, mezclada de sentimientos, creencias, expresiones artísticas en las que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Cristo.


En este punto, o crees o no crees. Hay una tercera opción, crees pero de otra manera, o sea, dudas.

Yo no pretendo más que compartir algunas reflexiones de pasada con los amigos que me honran leyendo este blog, y todo, como siempre, desde la perspectiva personal y la vertiente humana de este importante misterio, que es la expresión de religiosidad más importante de nuestro país.

La fuente histórica que nos refiere la buena noticia es el Nuevo Testamento (buena noticia o evanguelion en griego). Sobre los libros que lo componen (libros y cartas, más los Hechos de los Apóstoles que podría ser una segunda parte del Evangelio de Lucas) no podemos sino referirnos, según la dogmática histórico-científica laica, a la tradición.

Según Piñero, una reconocida autoridad acedémica laica en la materia, es incuestionable que el Jesús histórico existió, aunque autores como Puente Ojea y otros hablan de que simplemente fue un mito. Incluso hay quien dice que no fue más que la transposición de la figura de Apolonio de Tiana que conocemos a través de Filóstrato, un personaje de su época; una especie de héroe actual que era capaz de sanar y hacer milagros. Esto a mi no me preocupa, me vale más lo que se aprende de la figura, incluso dudando de su historicidad, que perderme en disquisiciones histórico-filológicas por lo que luego diré. Se cuestiona incluso la historicidad de Pitágoras, pero fuera como se llamara si es que existiera, sus conocimientos son de una indudable utilidad.

Que el Jesús histórico existiera pues, es admitido por la inmensa mayoría de los historiadores y filólogos; en lo que ya no hay acuerdo es en la interpretación que después se hiciera de su figura. Para la mayoría de los científicos era un rabino de provincias, fiel cumplidor de la Ley pero, dentro de las variadas corrientes del judaísmo del siglo I, pertenecía a una que admitía la resurrección de los muertos y la necesaria preparación para la venida del fin de los tiempos, que resultaría inminente. Hasta el siglo III hubo una obsesión en interpretar literalmente el fin del mundo y fueron muchos los apocalipsis que se escribieron, aunque solo el de Juan (de cuya vida los historiadores saben poco más) se ha tomado como texto sagrado por la Iglesia Católica.

Lo cierto es que en el Evangelio se hace referencia al fin de los tiempos que sería inminente, incluso en la misma generación de los que vivieron por entonces. De ahí la urgencia a no preocuparse por lo mundano sino a estar preparado para la venida del Mesías que liberaría al pueblo elegido. Según la dogmática alemana solo así se puede entender, encuadrar históricamente, la figura de Jesús y desde esa perspectiva comprender su mensaje que sería el de la urgencia por la llegada del día del juicio, para encontrarse entre los salvos escasos que pasarían la prueba, los que serían unos elegidos de entre los judíos; o sea, como si fuera una especie de mensaje nacionalista más de los que existían a la sazón. El sermón de la Montaña, las Bienaventuranzas, no serían tal vez más que un mensaje de liberación para un pueblo oprimido que iba a ser liberado para vivir en un reino de justicia.

En la crucifixión, pena muy difundida en la antigüedad, se aplicó un proceso penal romano denominado "cognitio extra ordinem" que sería una especie de Juicio Rápido para ejecutar al reo.

A mi me conmueve la soledad del hombre ante la muerte y su pregunta por el abandono de Dios. No hay expresión más intensamente íntima que el miedo a la muerte y al abandono; en estas palabras se contiene la necesidad que todos tenemos de amor y de protección. En arameo traducido al griego, sabemos que el crucificado, quizás rezando el salmo 22 que iba cumpliéndose en su agonía a partir del versículo 22, iba preparándose para el final de su vida y pregunta a Dios porqué le ha abandonado (es llamativo que tal vez podría traducirse "para qué" me has abandonado, --"Elohi, Elohi, lema shabaqtani"-- pues la transliteración al griego desde el arameo, o el hebreo, no nos permite tener la certeza sobre la lengua original en que se pronunciaron, si fue en la primaria del salmo o el la vernácula que hablaban los judíos del siglo I; es algo así como sucede con nuestras Jarchas, que al transliterarlas del romance al árabe faltan sonidos y no sabemos exactamente qué dijeran estos poemas hermosísimos en lengua románica y no por eso dejamos de admirar su impactante y sencilla belleza, igual que es increiblemente intenso el dramatismo de la agonía del considerado Hijo de Dios que, a ojos del hombre de hoy, o duda del auxilio de su padre al ver cerca la muerte o reza un salmo preparándose para ella como cualquier mortal.

Fue Pablo de Tarso, cuyas cartas serían los textos más antiguos del Evangelio, quien hizo ese mensaje de liberación más amplio, al incorporar al cristianismo a los gentiles, que tal vez fuera algo así al principio como una secta judía. El vehículo de transmisión de la noticia fue la lengua griega koiné, utilizada por autores de origen semita. En este sentido, todo el contenido moral de los evangelios como sucesos históricos, debieran entenderse también ,según Pablo, desde la provisionalidad, en tanto se esperaba la cercana "parusía", o segunda venida del Cristo (palabra griega que sustituye a la hebrea Mesías), pero incorporando a los gentiles al movimiento religioso, promoviendo así la expansión del mensaje, basándose posiblemente en las Leyes de Noé, que permitía extender el pacto con Dios a miembros no estrictamente judíos.

A mi no me importa mucho lo que durante siglos ha sido un debate inacabable sobre cuáles son los textos canónicos; si el Evangelio de Marcos es anterior a Mateo y Lucas y si tenían que ser solo cuatro, para que se cumpliera lo dicho por Ezequiel en el Antiguo Testamento. Se toma hoy por bueno el texto en griego de Nestle y Aland, el cual cada año se vuelve a matizar en su traducción por la dogmática alemana en una inacabable reinterpretación filológica del texto que poco o nada quita al mensaje central del mismo. Que haya una fuente anterior perdida, de "logia" o dichos de Cristo,  la cual sería la fuente de los sinópticos (El evangelio Q perdido o Quelle en alemán, fuente) me parece de una importancia relativa, porque la filología histórica va depurando estas hipótesis y últimamente algunos cuestionan este evangelio perdido, aunque otros, tras la aparición del Evangelio de Tomás en Nag Hammadi, mantienen que los textos no eran cuatro, sino posiblemente más, entre los que podrían incluirse contenidos de algunos evangelios no canónicos como los apócrifos. Como tampoco me parece relevante que algunas cartas, que también forman parte de las Escrituras, pudieran ser apócrifas o escritas por discípulos, o que el Evangelio de Juan, como el de Tomás mencionado, tuvieran influencia helenística del pensamiento gnóstico neoplatónico.

Hubo algún talibán como Taciano que lo arregló todo tirando por la calle de enmedio; refundió los evangelios sinópticos en uno solo, corrigió las discordancias naturales  en todos los textos históricos, y redactó el evangelio único o "diatesseron", predicó el desprecio por la cultura grecolatina, prohibió el consumo de vino incluso en la misa e hizo obligatoria la abstinencia carnal con el fin de conseguir se que extinguiera la especie humana, producto del pecado de Adán que no había sido perdonado por el sacrificio pascual. Enseguida lo echaron de la Iglesia, aunque estas reglas se incorporaran a la misma por parte de los eremitas, pero sin cuestionar la parte más importante de la buena noticia; por el sacrificio de Cristo  estamos salvados. Todos.

Desde el principio el cristianismo ofreció, como otras religiones mistéricas, la redención, pero la concretó en su inminencia, en la necesidad de ayudar a los hermanos y en dar menos importancia a algunos aspectos externos (como la circuncisión) que a la fe y a la alegría por creer que un Dios nos salvará de nuestra condición humana.

Se dirá que todo esto se ha ido alejando mucho con el tiempo del mensaje primero, que la Semana Santa es una expresión folklórica para recordar unos textos alterados por la historia. A esto,  desde la perspectiva meramente cultural cabe objetar que la mayoría de los textos de los escritores antiguos nos han llegado alterados, incluso muchos de los tenidos por ciertos históricamente, lo que sucede en muy escasa medida en los miles de manuscritos evangélicos y, en cuanto a la estética de las expresiones externas de la fe, quizás producto de la Contrarreforma, cabe objetar que no hay manifestación del pensamiento humano que no pueda tener una expresión artística, es consustancial al Homo Sapiens: si la fe puede inspirar algo hermoso y no excluyente de otras formas de belleza, estamos ante la posibilidad de disfrutar de la pluralidad del mundo y de las ideas, tan bellos como son.

Y puestos a disfrutar de la belleza inspirada por la fe, tengo que recomendar la recreación del Cantar de los Cantares de Juan de la Cruz en su Cántico Espiritual, la poesía más hermosa que se haya nunca escrito.

Luego cada uno vive a su manera; unos leen para entender, otros rezan, otros hacen fuerza llevando un pesado trono con una imagen pesadísima que cargan en compañía de sus hermanos durante kilómetros...Otros se plantean que el mensaje es lo importante; que el Sermón de la Montaña es la piedra angular de la cultura occidental, se quiera o no, y que si en algo vale en estos tiempos la vieja solidaridad de los primeros cristianos, valgan las bendiciones de Mateo, 25: "Tuve hambre y me dísteis de comer, tuve sed y me dísteis de beber, era extranjero y me acogísteis, estaba desnudo y me cubrísteis, estuve enfermo o en la cárcel y me visitasteis...y esto lo hicísteis cuando lo hicierais por el más insignificante."

sábado, 12 de abril de 2014

LA ZONA GRIS

Decía Primo Levi, en su obra "Si esto es un hombre" que , quizás, los grandes daños de la historia reciente se explican porque unos cuantos, los menos, carecen de todo escrúpulo a la hora de tomar ciertas decisiones y otros, los más, se mueven en una zona gris en la que los reparos morales ceden ante los intereses personales, y ceden más cuanto más perentorios son los mismos. Hay una serie de mecanismos mentales y morales o culturales de control que ceden en cuanto cambian las circunstancias, es como si fueran unos muelles sutiles que pueden dejar de ser de tensión para pasar a convertirse en resortes de presión.

Lo llamativo es con qué frecuencia se produce este cambio de sentido; según nos convenga algo, lo relativizamos en función de nuestros intereses. Casi todos nos movemos en la "zona grigia" de la indefinición y la debilidad.

Vengo del Parque del Pilar. Las glicinias penden en flores arracimadas. He tomado una fotografía de ese espectáculo que, año tras año, vengo presenciando. Sobre un banco estaba durmiendo Mateo, un sujeto al que conozco desde la infancia. De siempre ha sido un tipo violento; una persona que no ha sentido la menor empatía por los sentimientos de los demás. Inteligente, manipulador, pero perdido en su laberinto se dio al consumo del caballo y acabó en prisión.

Con el tiempo supe que era simplemente un psicópata. Recuerdo que, por ser de la misma edad, nos juntábamos a veces con otros amigos y, en plena efervescencia hormonal, íbamos a las cercanías de una residencia femenina a ver pasar chicas en flor. Éramos críos que empezaban la adolescencia, algunos con más rasgos infantiles que de púberes, como era el caso de Mateo que tenía una mente tarada en un cuerpo de niño. Sacó un tirachinas, lo tensó cuanto daban de sí las gomas y con una precisión increíble disparó una piedra contra la nalga de una chica, por el mero hecho de que fuera hermosa; como si fuera un simple objeto sexual al que someter a la violencia con una herramienta infantil pero con un instinto claramente predatorio.

La chica, una moza de unos 16 años, se volvió de repente con lágrimas en los ojos; yo lo veía desde un banco situado enfrente. Los que estaban con Martín se reían y él, serio, volvió a tensar el tirachinas para repetir la acción. La chica se asustó y llorando intentó encontrar la entrada de la residencia.

Tras acabar la EGB  perdí contacto con él y supe que estuvo 12 años en la cárcel por violar en grupo a una chica en un pueblo de la provincia.

Cuando salió de la cárcel se dedicó a pasar heroína cortada unas veces, después rebujado de droga, tarea que hacía compatible con el chuleo de varias mujeres, entre ellas su pareja, a las que, a cambio de caballo,  sometía a la prostitución.

En un ajuste de cuentas, borracho, en una feria de un barrio de la ciudad, otro camello le dio una tunda y me ofreció cincuenta mil pesetas si le daba una paliza al sujeto que lo agredió. Estaba borracho, drogado y metió en mi bolsillo un fajo de billetes a cambio de que esperara al otro pájaro y lo mandara al hospital. Él no se tenía en pie. Siempre fui pacífico, pero de joven, yo era un tipo contenido aunque bastante fuerte y unos días antes, en defensa de mi hermano menor, me las vi con un adulto al que le sacudí de lo lindo, por ese motivo, seguramente, recurrió a mi, considerando que fuera un tipo violento antiguo compañero de correrías. Nunca hubiera aceptado dinero por agredir a nadie y solo hubiera actuado para defenderlo, incluso a él, pero nunca para ser instrumento de venganza.

Meses después ajustó la cuentas al otro y le echó las tripas al aire con una navaja. Volvió a la cárcel. Volvió a salir y siguió con su doble tarea de pasar caballo, ser simpático con toxicómanas a las que protegía y apaleaba alternativamente, para reconciliarse a cambio de más caballo con el fin de conseguir que volvieran a tener sexo prostituido a cambio de dinero que él se quedaba y cambiaba por droga.

Murió su mujer de SIDA. Tuvo una hija con ella que seguramente cuidaría la familia o la asistencia social, mientras entraba y salía de prisión.

Esta mañana, bajo las glicinias, con aspecto patibulario, enfermo de morirse, me ha pedido 50 euros por los viejos tiempos. Aparentaba debilidad y quería provocar misericordia, entraba en la zona gris para, en cuanto tuviera 50 euros, olvidarse de mi, y con la pasta comprar algo de rebujado para pasar el día.

Se los dí:

---"Toma. Cómprate algo para comer. No vendas la metadona y no te metas nada. A partir de ahora no me conoces. ¿Entiendes?"

---"Vale, Rolan, siempre has sido un tío legal. Ya no te molestaré. Por los viejos tiempos"

Seguí tomando fotos de la primavera y él se fue hacia el barrio marginal de las inmediaciones, a comprar mierda que meterse.

Pronto aparecerá muerto o acabará sus días en el hospital.

 Solo.